“De todo quedaron tres cosas:
La certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
La certeza de que sería interrumpido antes de terminar,
y hacer de la interrupción un camino nuevo
Hacer de la caída un paso de danza. Del miedo, una escalera.
Hacer del sueño un puente. De la búsqueda, un encuentro”
Fernando Pessoa

30 abr 2013

Adolescencia, alcohol y diabetes


"Mi hijo tiene diabetes, está en la adolescencia y me preocupa que empiece a consumir alcohol..." Esta es la preocupación de muchos padres y madres y quiero aprovechar la consulta que me han hecho  para compartir con todas las personas que estén interesadas un poco de información y pautas recomendadas en estos casos.

En general, abordar con los hijos/as los temas que nos preocupan y que consideramos de interés como los relacionados con la salud, no deben ser tratados de forma muy diferente en adolescentes sin diabetes que en adolescentes con diabetes, aunque sí existen algunas pautas o recomendaciones especiales.

En primer lugar, como siempre recomiendo, es importante tener una información clara sobre qué es el alcohol, cómo actúa en el organismo, etc. para a partir de ahí poder proporcionar a los hijos/as una información real y objetiva. Aquí os dejo el enlace a algunos datos de interés sobre el alcohol y sobre cómo hablar del alcohol con los hijos/as la Fundación Alcohol y Sociedad.

¿Cómo afecta el consumo de alcohol a una persona diabética? 

El consumo de alcohol puede bajar los niveles de glucosa en sangre hasta el punto que de origen a síntomas de hipoglucemia, ya que el alcohol inhibe la formación y liberación de glucosa del hígado (bloqueo de la neoglucogénesis). Dado que el azúcar no está disponible libremente cuando se necesita, la hipoglucemia que sigue  puede ser bastante profunda y prolongada, intensificándose los efectos de la insulina o de otros elementos que descienden el nivel de glucosa en sangre. Una persona con diabetes debe mantener un registro cuidadoso de sus niveles de glucosa en sangre al beber alcohol.

 Los diabéticos que decidan beber deben hacerlo con un refresco no light o con bebidas azucaradas para contrarrestar este efecto. Cualquier persona diabética que pierda la conciencia por ingesta de alcohol se debe llevar inmediatamente al hospital, ya que necesitará directamente glucosa en sangre. Es recomendable que para beber alcohol tenga perfectamente controlada la diabetes. Si el consumo de alcohol es moderado y la diabetes está bien controlada, el nivel de glucosa en sangre no se ve afectado. Ahora bien si se ha bebido en exceso y se inyecta insulina puede desencadenarse una hipoglucemia que debe ser tratada inmediatamente.


Información proporcionada por la Fundación Alcohol y Sociedad

En segundo lugar, para abordar el tema de la diabetes y el alcohol en la adolescencia tenemos que reflexionar sobre cuales son las los problemas que pueden presentar los adolescentes en esta etapa marcada por el distanciamiento de los padres y la influencia del grupo de amigos por lo que el adolescente "puede actuar como si no fuera diabético, ignorando la dieta, el autoanálisis, incluso las inyecciones de insulina. Rechaza los consejos, hay cambios continuos de humor, no quiere pedir ayuda, y no es capaz de asumir las complicaciones futuras de su actual mal control metabólico. Las modas y manías puede llevarle a comidas irregulares, exceso de actividad física y posibles contactos con el alcohol y las drogas. En las jóvenes es importante el problema de la “imagen corporal”, el temor al exceso de peso puede llevarlas a disminuir la dosis de insulina", según Jaime A. Ballestero Jiménez. DUE SUH Hospital Santa Bárbara. Puertollano en su artículo Retos del Joven Diabético.


Otro dificultad añadida es que el adolescente que consume alcohol, estando bajo los efectos de este puede tener dificultad para reconocer los signos de hipoglucemia pensando que son signos de la borrachera.

Recomendaciones generales

 -Mostrar interés por el o la adolescente  y facilitarle información sobre el alcohol.

- Acompañarle a buscar orientación especializada. En centros y asociaciones le pueden facilitar información además del contacto con otros jóvenes de la misma edad con diabetes. Del mismo modo para los padres y madres puede ser útil compartir con otros sus preocupaciones y experiencias.

-Darles refuerzos positivos, fomentando su autocuidado pero sin dejar nunca de darles apoyo y supervisión.

-Fomentar las habilidades sociales como el autocontrol, la asertividad, la autoestima. etc. que le facilitaran desenvolverse en los grupos de iguales y afrontar la presión del grupo frente al consumo de alcohol.




Salidas nocturnas


- Mantener unos horarios de comida y unas pautas de insulina estables para que la diabetes no se descompense. Por mucho que sea fin de semana no se admiten excepciones.
- Para empezar bien la noche hay que administrarse la insulina que corresponde y a continuación hacer una cena completamente normal. Nada de saltársela.
- Si la actividad física que se desarrolla es bastante intensa (mucho bailoteo o mucha caminata) debería tomarse un pequeño suplemento rico en hidratos de carbono a media noche.
- Si no se tiene pensado volver hasta las 6 de la mañana, sería más que recomendable comerse un bocadillito a media noche.
- Hay que llevar siempre encima un documento o una placa que identifique al chico/a como persona con diabetes. Es muy pero que muy útil en caso de pérdida de conciencia.
- Es de vital importancia llevar siempre el glucómetro y las tiras reactivas. Así podrán hacerse tantos controles como sean necesarios a lo largo de la noche.
- Llevar encima el bolígrafo de la insulina. Bajo ningún concepto puede olvidarse en casa.
- Es importante que los amigos/as sepan identificar los síntomas de una hipoglucemia severa para poder ayudar en un momento de apuro.
- Si se trasnocha mucho y se llega a casa por la mañana es recomendable tomar el desayuno antes de acostarse y procurar levantarse a la hora de comer.


¡S.O.S! Mi hijo empieza a salir de noche. Asociación de Diabéticos de Madrid



25 abr 2013

Enseñar y educar en familia y en la escuela

Circula por Internet la siguiente imagen que me gustaría comentar, acompañada de la pregunta: ¿dónde se enseña y dónde se educa?


Hay quién se empeña en que todo sea blanco o negro, bueno o malo, enseñar o educar, familia o escuela... y la verdad que este pensamento dicotómico y simplista no ayuda nada, sobre todo no ayuda nada a los niños, las niñas y adolescentes. Lejos de ver a la sociedad, a la tribu, como dice José Antonio Marina, unidos para educarles y enseñarles, ven a padres, madres y docentes peleándose y enfrentados por quién se quita el bulto de encima.

Desde mi punto de vista, ser padre y madre requiere cumplir la obligación de educar y también enseñar en la medida de lo que se pueda y de los recursos que se tengan.  Educar en valores, educar para la vida, educar a la persona y al corazón... y enseñar lo que sepa o pueda, ya sea como hacer una tortilla de patatas, a tocar el violín,  a jugar al fútbol, a pescar y un largo etcétera.

La obligación de los padres y madres también es educar a los hijos e las hijas para que cuando asistan a clase respeten lo que enseña la maestra y el maestro y resto de profesorado que suelen ser las personas que se encargan de formarles en áreas más específicas y necesarias para su educación y también para su evolución y desarrollo como personas. Difícilmente los hijos e hijas se van a comportar adecuadamente si en casa no se les enseña a no hablar a voces, a poner en práctica escuchar antes de hablar, etc.

Pero, por otra parte, los docentes no pueden caer en la ingenuidad de querer obviar que en la escuela, además de enseñar, se educa. Cada alumno y cada alumna viene de un familia diferente, con unos valores e incluso cultura distinta... pero la escuela es, y debería seguir siendo, un lugar donde todos juntos aprendemos a relacionarlos con otros iguales y también otros adultos fuera de la familia. Tampoco podemos nunca pasar por alto que los docentes trasmitimos nuestros propios estilos educativos, somos fuente de imitación y con capacidad de modelaje sobre el alumnado.

Por tanto, no cabe esa docotomía enseñar o educar porque de entrada no se puede enseñar si antes no educamos. Esta docotomía no hace más que seguir enfrentando a padres y madres con la escuela. Ambos, familia y escuela, son pilares fundamentales en el desarrollo de los niños y las niñas, de adolescentes y jóvenes  y deberíamos trabajar conjuntamente por mejorar tanto la educación como la enseñanza, dar ejemplo de trabajo en equipo y, sobre todo, por encima de todo, trabajando juntos y no enfrentados, por ellos y para ellos, les estaremos mostrando cuanto les queremos y cuanto nos importan.





18 abr 2013

Adolescentes y Redes Sociales


Adolescentes y Redes Sociales from Roberto Monseco Montes on Vimeo.Vídeo producido por Lynx video SL para CEAPA








La conciliación de la vida laboral y familiar en España




<La parentalidad positiva y la socialización primaria en la familia es clave para la formación de futuros ciudadanos adultos, responsables y comprometidos con la sociedad.
Pero los padres y las madres necesitan apoyos y las condiciones más favorables para desarrollar sus responsabilidades parentales.
Para que las familias puedan cumplir adecuadamente con su función pública educativa y socializadora de los niños y las niñas es necesario que se adopten políticas y se desarrollen programas que creen las mejores condiciones sociales, laborales y económicas para poder ejercer la parentalidad positiva, promover el buen trato a la infancia y prevenir la violencia contra los niños y las niñas. 

Desde esta perspectiva preventiva y comunitaria, y situando a los niños y las niñas como sus principales beneficiarios, Save the children propone que se revisen y mejoren las normas y políticas de conciliación y de corresponsabilidad en España, para garantizar una mejor protección de la infancia y garantizar su máximo bienestar y adecuado desarrollo.> Save the Children.


 Documento
La conciliación laboral y familiar en España(190kB)