“De todo quedaron tres cosas:
La certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
La certeza de que sería interrumpido antes de terminar,
y hacer de la interrupción un camino nuevo
Hacer de la caída un paso de danza. Del miedo, una escalera.
Hacer del sueño un puente. De la búsqueda, un encuentro”
Fernando Pessoa

3 oct 2013

Depresión en niños, niñas y adolescentes y su prevención desde el aula


La depresión no es sólo una enfermedad mental que afecte a adultos, niños, niñas y adolescentes también pueden sufrirla y de hecho UNICEF, en The State of the World´s Children 2011. Adolescence. An Age for Opportunity, expone que la depresión constituye uno de los principales trastornos que padecen las personas de entre 15 y 19 años.

Los jóvenes con depresión necesitan ayuda para combatirla y si no se trata puede originar otras problemáticas como fracaso escolar, problemas de conducta, anorexia y bulimia, abuso de drogas, etc.

Factores de riesgo

- Estar bajo estrés
- Experimentar una pérdida de un ser querido
- Trastornos de atención, aprendizaje, conducta
- Conflictos familiares
- Dudas en cuanto a su orientación sexual.
- Abuso de drogas
- Romper una relación
- Enfermedades crónicas como diabetes
- Sufrir desastres naturales, etc.

Síntomas de la depresión en niños, niñas y adolescentes:

La Asociación Nacional de Psicólogos Educativos de EE.UU. (National Association of School Psychologists: NASP) ha elaborado una guía para padres, madres y docentes. En ella se exponen los síntomas:

• Quejas de problemas físicos vagos, no específicos (dolores de cabeza, dolores de estómago)
• Ausencia frecuente de la escuela o insólito rendimiento escolar que deja mucho que desear
• Negativas de asistir a la escuela o ansiedad de separación excesiva
• Explosiones de gritos, quejas, irritabilidad sin explicación, o llantos
• Aburrimiento crónico o apatía
• Falta de interés en jugar con amigos
• Abuso de drogas o alcohol
• Retraimiento, aislamiento social y poca comunicación
• Temor excesivo o preocupación de la muerte
• Demasiada sensibilidad hacia el rechazo o el fracaso
• Rabietas inusuales, oposición o conductas de oposición
• Comportamientos peligrosos, temerarios
• Dificultad en mantener relaciones
• Regresión (comportamientos infantiles, volver a mojarse o ensuciarse después de haber aprendido a
hacer sus necesidades en el baño)
• Comportamiento inclinado a una toma mayor de riesgos


Recomendaciones para familias y docentes:

- Conocer los síntomas y factores de riesgo de la depresión
- Informar a familia y tutores si hay sospechas.
- La colaboración entre familia, escuela y profesional o centro de tratamiento es fundamental para que sea efectivo.
- Nombrar a un docente que haga acompañamiento y seguimiento en la escuela o instituto de ese menor, demuestre su interés, se coordine con los demás implicados, familia, tutores, psicólogo/a, etc.

Prevención de la Depresión en niños, niñas y adolescentes: 

- Trabajar sobre las fortalezas humanas. La Psicología positiva ha abierto un estupendo campo de trabajo y prevención de la Depresión y otros problemas de salud mental. En concreto para prevenir la depresión se puede trabajar sobre las fortalezas humanas tales como modestia y humildad, cuidado, prudencia y discreción, autocontrol y auto-regulación.

- Fomentar el optimismo inteligente.

- Técnicas de entrenamiento en solución de problemas

- Técnica de mindfulness o atención plena

- Trabajar sobre los estilos atributivos. Tienen más probabilidad desarrollar depresión aquellas personas que realizan atribuciones internas, globales y estables de los sucesos pero las creencias pueden ser modificadas. Sobre esto os propongo esta actividad que puede ser llevada a cabo en el aula:

ACTIVIDAD. ¿POR QUÉ ME PASA ESTO A MÍ?
Objetivos
- Contribuir a desarrollar en el alumnado la capacidad de generar atribuciones causales adecuadas a las vivencias agradables y desagradables que experimenta en sus relaciones interpersonales.
- Proporcionar una técnica estructurada para detectar qué tipo de atribución se está realizando y cómo dicha atribución condiciona el modo de sentir y actuar (tanto en el pasado como en el presente y el futuro).
- Detectar creencias asociadas a esas atribuciones causales sobre cómo deberían ser las cosas.
- Contribuir a que el alumnado tome conciencia de los efectos negativos que suponen sobre el bienestar personal el realizar unas atribuciones causales u otras.
- Proporcionar un método para cambiar las creencias enraizadas en la mente del alumnado sobre cómo deberían actuar los demás, con el fin de mejorar el estado emocional y las relaciones interpersonales.
Contenidos. Generación de relaciones interpersonales sanas y constructivas.
Nivel educativo recomendado. Adolescencia o edad adulta. Podría adaptarse a un nivel inferior.
Descripción
1. Pedir al alumnado que piense en un éxito (en términos de suceso positivo en el terreno de la amistad) y en un fracaso (referido a una discusión, pelea u otro hecho que le haya hecho sentir mal por haber deteriorado una relación) que hayan tenido en su vida.
2. Pedirle que busque la causa por la cuál se produjo, y si esa causa la considera interna o externa, estable o inestable, controlable o incontrolable. Puede cumplimentar el modelo que sigue:
Mi buena relación, la que me hizo sentir bien:
Causa:
Esta causa es: Estable o inestable, Interna o externa, Controlable o incontrolable
Repercusiones sobre mis sentimientos y comportamiento futuro:
Una mala relación, la que me hizo/hace sentir mal:
Causa:
Esta causa es: Estable o inestable, Interna o externa, Controlable o incontrolable
Repercusiones sobre mis sentimientos y comportamiento futuro:
3. Analizar ambas posibilidades. Invitar al alumnado a reflexionar sobre cómo, las atribuciones causales que hacemos ante un éxito (suceso agradable) o fracaso (suceso desagradable), condiciona el modo de relacionarse posteriormente.
4. Proporcionar un método para cambiar esas atribuciones causales, esas creencias que les hicieron llegar al deterioro de una relación. El método que proponemos es el método ACCRR (Adversidad – Creencias – Consecuencias– Rebatimiento - Revitalización).
Ejemplo:
- Adversidad: Me enfadé con Pepe porque no me llama para salir, sólo lo hace cuando le interesa algo de mí.
- Creencia: Pepe pasa de mí, sólo va a lo suyo.
- Consecuencias: Me enfado, me siento muy mal, siento rabia, me siento utilizado,no le importo a nadie.
- Rebatimiento: A veces Pepe va a lo suyo, pero no es mala gente. Recuerdo una ocasión en que lo necesité y ahí estuvo para ayudarme, he pasado muy buenos ratos con él.
- Revitalización: Hablaré con Pepe, le llamaré yo, le diré lo que me ha molestado y lo mucho que me gusta estar con él.
5. Ayudar al alumnado a tomar conciencia de cómo el cambio de pensamiento sobre un suceso negativo, el plantear que la causa ha podido ser otra muy diferente, cambia lo que sentimos (rabia, tristeza, enfado) y mejora tanto el estado emocional como la forma de actuar con aquel que nos ha hecho daño.
Duración. 2 sesiones de clase o tutoría (o más si fuese necesario).
Metodología. Reflexión personal. Trabajo individual. Puesta en común, si se considera oportuno. Esta actividad podría realizarse de modo individual con un estudiante concreto ante un hecho puntual o bien con todo el grupo con la finalidad de enseñarles, a raíz de experiencias pasadas, lo saludable de ser capaz de cambiar las atribuciones causales que hacemos sobre la conducta de los demás hacia nosotros.
Justificación. Resulta fundamental hacer ver al alumnado que las creencias que tenemos sobre como deberían ser las cosas nos hacen actuar y sentir de un modo concreto y que esas creencias (esas atribuciones causales que hacemos ante un suceso que nos ocurre con otra persona) condicionan lo que sentimos y cómo actuamos con ella. Es de vital relevancia que el alumnado aprenda a rebatir sus propias creencias, con el fin de mirar al otro con “otros ojos”, reconociendo lo que hay de positivo en él y entendiendo que las causas pueden ser muy distintas a las que él cree. Una vez que el alumnado sea capaz
de rebatir sus ideas sobre las causas que mueven al otro, experimentará un estado afectivo agradable, frente al malestar que produce la rabia, el rencor y demás emociones destructivas que nos producen ciertas interpretaciones de lo que nos sucede en nuestra vida social.
Observaciones. Respecto al momento idóneo para realizar esta actividad, si es de modo individual, sugerimos que se realice cuando el educador haya establecido una vinculación afectiva con el alumno/a que le permita trabajar con él/ella. Si se hace de modo colectivo, también sería interesante que previamente el profesor/a haya establecido una buena relación con el grupo.
Fuente: Aplicaciones Educativas de la Psicología Positiva GENERALITAT VALENCIANA Conselleria d’Educació 2010 Coordinador Agustín Caruana Vañó Asesor del CEFIRE de Elda
Un programa muy completo que tiene en cuenta todo lo anterior es el programa Aulas Felices que ya recomendé anteriormente en este post. Además se puede descargar gratuitamente aquí .

Una vez más resalto la importancia de la educación emocional en la escuela y la gran labor de prevención que desde ella se puede realizar en materia de Salud a todos los niveles.



1 comentario: