“De todo quedaron tres cosas:
La certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
La certeza de que sería interrumpido antes de terminar,
y hacer de la interrupción un camino nuevo
Hacer de la caída un paso de danza. Del miedo, una escalera.
Hacer del sueño un puente. De la búsqueda, un encuentro”
Fernando Pessoa

28 sept 2012

Escapando del hechizo del mago


A raíz de la entrada anterior , un lector preguntó ¿cómo podemos escapar del hechizo del mago?

Pues bien, es importante fomentar desde la infancia aptitudes que permitan en la vida adulta vivir con autonomía e independencia.

Fomentar la capacidad de análisis ante situaciones nuevas que se presenten o problemas. Ejercitar la capacidad de reflexión acerca de la vida y las circunstancias que acontecen para ser más conscientes de la realidad, del presente, y ver con claridad todos los posibles caminos que se abren ante nosotros. Muchos encuentran en la práctica de la meditación una vía para esto.

Hacernos conscientes de la responsabilidad ante nuestra propia vida y nuestra capacidad de autodeterminación.

Tener orientación a una meta nos hará encontrar un sentido a nuestros pasos, a romper esa inercia de dejarnos llevar…por el hechizo del mago.

Trabajar la toma de decisiones para encaminarlas hacia nuestras metas y propia determinación.

Ejercicios que nos ayudan a fomentar desde la infancia la capacidad de análisis y reflexión y que deben trabajarse especialmente durante la adolescencia:

La lectura.
Cultivar el pensamiento divergente.
Conocer otras culturas y viajar.
Analizar y comparar acontecimientos históricos.
La meditación.
Definir nuestras metas y objetivos a corto, medio y largo plazo en la vida.
Aprender a hacer mapas conceptuales.
La filosofía.
Los cuentos de valores como El banquete del Mago.
Tener unas buenas redes sociales con las que intercambiar experiencias, opiniones, y compartirlas.
Análisis críticos de medios de comunicación y publicidad.
Conocernos a nosotros mismos y  nuestros procesos mentales.





<Un individuo corriente, una vez pasada la infancia, pasa la mayor parte de su tiempo atendiendo a sus apegos como un burro (con perdón de los burros) al que han colocado una zanahoria a un palmo de su frente para seguirla sin descanso. Los deseos y miedos que nos unen a esos apegos condicionan nuestra consciencia, nuestro conocimiento, nuestro saber, y también nuestra conducta. No es fácil ampliar el campo de visión de nuestra consciencia, para ello habríamos de poner un gran empeño en descubrirnos y cambiar.
Tendrá que esforzarse en ampliar su consciencia, en despertar del sueño en que se encuentra y ver la realidad en la amplitud que le sea posible. Para ello deberá practicar en estar atento a cuantas cosas le acontecen. La atención es fundamental para ser conscientes de lo que se vive. Motivar la atención no es fácil, pero tampoco es complicado, basta con interesarnos por aprender, por descubrir, por conocernos, por escudriñar sin prisa todo cuanto se pone frente a nosotros, frente a nuestra atención,
basta con estudiar el mundo, nuestro mundo como estudia un niño pequeño un juguete o cualquier otro objeto que a él se lo parezca...>

 EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL. 
JOAQUÍN CARRIZOSA GUTIÉRREZ



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