Estamos ya a mediados de Mayo, sigo de baja por un común esguince de tobillo, lo que me ha impedido terminar los talleres que tenía previstos este mes y una charla con padres y madres que había pendiente.
La temporada de los programas educativos de la
Fundación Alcohol y Sociedad va finalizando y no quiero perder la oportunidad de hacer aquí una valoración de lo que ha supuesto este curso, que ya ha sumado cinco a los que llevo colaborando con esta Fundación.
El curso empezó con cambios y novedades. Dejando atrás a algunas compañeras y compañeros, a los que he echado de menos, pero ganando el conocer y aprender de otros compañeros y compañeras de la zona de Sevilla, Huelva y Cádiz, por lo que ha sido muy enriquecedor estar en contacto con compañeros y compañeras que también llevan muchos años trabajando en otras provincias de Andalucía.
Como siempre en las reuniones de coordinación, este curso en Sevilla capital, hemos compartido experiencias laborales y personales, hemos reído, hemos llorado, hemos crecido un año más personal y profesionalmente y creo que hemos formado un gran equipo.
He notado muy buena acogida por la mayoría de los centros educativos, orientadores, equipos directivos y docentes, señal de que ya nos conocen y valoran nuestra labor, colaborando en la mayoría de los casos en todo lo necesario para el adecuado desarrollo de los talleres.
Este interés también se nota cuando los docentes se acercan a preguntar para qué Fundación trabajamos, en qué consiste nuestra labor, muestran interés por los recursos que hay para que los docentes sigan trabajando en el aula la prevención de alcohol, etc.
Con respecto al alumnado, hay días más fáciles y más difíciles, hay centros donde hay unas normas de comportamiento más interiorizadas que en otros, hay centros donde quizá hay más alumnado que proviene de familias desestructuradas que en otros, o que presentan más casos de problemas de conducta o con necesidades educativas especiales... pero CADA DÍA ES UN RETO y CADA DÍA SE APRENDE del alumnado y con el alumnado.
Te hacen enfadar, o te provocan dolor de cabeza, pero también te hacen reír, te ayudan a recoger los materiales cuando terminan, te acompañan a la clase de al lado y te preguntan "¿vienes otro día?". Muchos y muchas
adolescentes comparten en los talleres sus preocupaciones, miedos o experiencias propios de la adolescencia. Se crea un espacio donde pueden preguntar sin miedo sus dudas y expresarse libremente.
Los adolescentes hablan de que sufren presión del grupo de iguales y la sociedad por el consumo de alcohol , para ser más "guay", que no tienen suficientes alternativas de ocio o que en muchos casos piensan que beber alcohol es la única forma de divertirse. Tienen miedo a ligar y hacer el ridículo y aún carecen de habilidades sociales y para gestionar sus emociones por lo que en muchos casos recuren al alcohol como vía para hacerle frente.
Muchos y muchas ya son consumidores habituales de alcohol y otras sustancias. Algunos incluso adictos a ellas o a las llamadas nuevas tecnologías y redes sociales. Otros sufren en casa estos problemas al tener en su familia personas muy cercanas, habitualmente padres o madres, con
adicción.
Saber llegar a estos y estas adolescentes, transmitirles el mensaje que queremos hacerles llegar, corregir sus falsos mitos e incluso calmarles la angustia y , al mismo tiempo, mantener el control del aula, como decía antes ES UN RETO del que que cada día se aprende y que aporta muchas satisfacciones.
Respecto a las familias, aunque cada año se nota un poquito más la asistencia de padres y madres a las
escuelas de padres y madres, su participación sigue siendo escasa. La mayoría de los casos las que acuden son las madres y en pocos casos acuden padres. Aún así hay que destacar que poquito a poco se va consiguiendo y que también los centros de primaria muestran cada vez más interés por las escuelas de padres y madres.
Es de suma importancia que las familias comprendan que el trabajo que podemos hacer con los hijos e hijas mediante los talleres debe ser complementado sin falta con el trabajo en casa, los padres y madres son los principales agentes de prevención.
Desde aquí mi agradecimiento a la coordinadora de Sevilla, a mis compañeras y compañeros de este curso de Málaga, Cádiz, Huelva y Sevilla, así como a todos los orientadores y orientadoras que colaboran en esta importante labor de prevención.
Nº Alumnos formados : 3493 con una valoración por parte de los centros de 4.7 sobre 5.
Familias formadas: 11 conferencias con una valoración de 5 sobre 5.
GRACIAS A TOD@S :))))))))
Reuniones de Coordinación, Centro Cívico Su Eminencia, Sevilla.