“De todo quedaron tres cosas:
La certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir
La certeza de que sería interrumpido antes de terminar,
y hacer de la interrupción un camino nuevo
Hacer de la caída un paso de danza. Del miedo, una escalera.
Hacer del sueño un puente. De la búsqueda, un encuentro”
Fernando Pessoa

28 sept 2012

Escapando del hechizo del mago


A raíz de la entrada anterior , un lector preguntó ¿cómo podemos escapar del hechizo del mago?

Pues bien, es importante fomentar desde la infancia aptitudes que permitan en la vida adulta vivir con autonomía e independencia.

Fomentar la capacidad de análisis ante situaciones nuevas que se presenten o problemas. Ejercitar la capacidad de reflexión acerca de la vida y las circunstancias que acontecen para ser más conscientes de la realidad, del presente, y ver con claridad todos los posibles caminos que se abren ante nosotros. Muchos encuentran en la práctica de la meditación una vía para esto.

Hacernos conscientes de la responsabilidad ante nuestra propia vida y nuestra capacidad de autodeterminación.

Tener orientación a una meta nos hará encontrar un sentido a nuestros pasos, a romper esa inercia de dejarnos llevar…por el hechizo del mago.

Trabajar la toma de decisiones para encaminarlas hacia nuestras metas y propia determinación.

Ejercicios que nos ayudan a fomentar desde la infancia la capacidad de análisis y reflexión y que deben trabajarse especialmente durante la adolescencia:

La lectura.
Cultivar el pensamiento divergente.
Conocer otras culturas y viajar.
Analizar y comparar acontecimientos históricos.
La meditación.
Definir nuestras metas y objetivos a corto, medio y largo plazo en la vida.
Aprender a hacer mapas conceptuales.
La filosofía.
Los cuentos de valores como El banquete del Mago.
Tener unas buenas redes sociales con las que intercambiar experiencias, opiniones, y compartirlas.
Análisis críticos de medios de comunicación y publicidad.
Conocernos a nosotros mismos y  nuestros procesos mentales.





<Un individuo corriente, una vez pasada la infancia, pasa la mayor parte de su tiempo atendiendo a sus apegos como un burro (con perdón de los burros) al que han colocado una zanahoria a un palmo de su frente para seguirla sin descanso. Los deseos y miedos que nos unen a esos apegos condicionan nuestra consciencia, nuestro conocimiento, nuestro saber, y también nuestra conducta. No es fácil ampliar el campo de visión de nuestra consciencia, para ello habríamos de poner un gran empeño en descubrirnos y cambiar.
Tendrá que esforzarse en ampliar su consciencia, en despertar del sueño en que se encuentra y ver la realidad en la amplitud que le sea posible. Para ello deberá practicar en estar atento a cuantas cosas le acontecen. La atención es fundamental para ser conscientes de lo que se vive. Motivar la atención no es fácil, pero tampoco es complicado, basta con interesarnos por aprender, por descubrir, por conocernos, por escudriñar sin prisa todo cuanto se pone frente a nosotros, frente a nuestra atención,
basta con estudiar el mundo, nuestro mundo como estudia un niño pequeño un juguete o cualquier otro objeto que a él se lo parezca...>

 EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL. 
JOAQUÍN CARRIZOSA GUTIÉRREZ



19 sept 2012

Cuento El banquete del mago


Podemos andar atareados, en la rutina, en el trabajo o bien buscando uno, escuchando noticias desoladoras sobre la situación económica y las cifras del desempleo, padeciendo dificultades familiares, financieras, conflictos personales... Pero además nos encontramos dejándonos llevar por la inercia de los días,  dejándonos arrastrar por esas situaciones o personas que intentan llevarnos hacia donde ellos quieren, hacia su beneficio, sin que hagamos nada por impedirlo. A veces ni si quiera podemos ser conscientes de ello, cuando nos lo presentan camuflado, adornado, como una buena o la mejor de las soluciones, como un alivio.

A veces la realidad está delante nuestra, al alcance de nuestra mano, pero no la vemos.

Merece la pena pararse a meditar unos minutos acerca de este cuento sufí que os dejo. Espero que os guste y comentéis cuales son vuestras reflexiones.

<Había una vez un mago que construyó una casa cerca de una aldea grande y próspera. Un día invitó a toda la gente de la aldea a un banquete.

- Antes de que comamos, dijo, tenemos algunas diversiones.

Todo el mundo se alegró, y el mago les proporcionó un espectáculo de magia de primera clase, con conejos saliendo de sombreros, banderas apareciendo de la nada, y una cosa convirtiéndose en otra. La gente estaba encantada.Entonces el mago preguntó:

- ¿Queréis comer ahora, o queréis más entretenimientos?

Todo el mundo pidió entretenimientos, porque nunca había visto nada igual; en casa había comida, pero nunca tanta emoción. De modo que el mago se transformó en paloma, luego en un halcón, y finalmente en un dragón. La gente se volvió salvaje de excitación.El mago les preguntó de nuevo, y ellos querían más. Y lo tuvieron. Entonces les preguntó si querían comer, y le dijeron que sí. De modo que el mago hizo que sintieran como vi estuviesen comiendo, dirigiendo su atención por medio de ciertos trucos, mediante sus poderes mágicos.La imaginaria comida y el entretenimiento duraron toda la noche. Cuando llegó el amanecer, algunas gentes dijeron:

- Debemos ir a trabajar.

De modo que el mago hizo que imaginasen que iban a casa, se preparaban para el trabajo, y trabajaban todo el día.


Resumiendo, cuando alguien decía que tenía que hacer algo, el mago le hacía pensar primero que iba a hacerlo, luego que lo había hecho, y finalmente que había regresado a la casa del mago.Finalmente, el mago había tejido tales hechizos sobre la gente de la aldea que sólo trabajaban para él, mientras pensaban que continuaban en sus vidas cotidianas. Si alguna vez se sentían intranquilos les hacía pensar que estaban de regreso al banquete en su casa, y eso les daba placer y les hacía olvidar.

- Y ¿qué les ocurrió al mago y a la gente al final?

- Bueno, eso no se lo puedo decir, porque él aún está muy ocupado haciéndolo, y la mayoría de la gente aún está bajo su hechizo.>

Cuento Sufi del libro “El buscador de la verdad” de Idries Shah.

Cómo me recuerda este cuento a lo "entretenidos" que andamos en Internet y las redes sociales... 

20 ago 2012

Septiembre a la vuelta de la esquina

El septiembre es el clásico mes de la vuelta, de la vuelta al cole, de la vuelta al trabajo, de la vuelta a la rutina para muchos.


A pocos días de que dé comienzo este mes es buena idea aprovechar los días que aún quedan de vacaciones para reflexionar sobre cómo se plantea el comienzo del nuevo curso en nuestra vida.

Septiembre es no sólo el mes de la vuelta al cole, para muchos es también un mes de oportunidades laborales y para otros de retomar proyectos de trabajo.

Reflexionar acerca de los nuevos objetivos, ir adaptándonos progresivamente a los nuevos horarios del cole, del trabajo o de la búsqueda de este...



Es un mes en el que pueden dar comienzo muchas actividades, ya sean extraescolares para los niños/as como otro tipo de actividades para adultos, cocina, pintura, gimnasio...

Los días progresivamente se irán acortando y tendremos que ir adaptándonos para acoger el Otoño.

Lo que nos facilitará que esta transición sea lo más armónica y llevadera posible será fijarnos nuevos objetivos, planificarnos bien y por supuesto no abandonar ¡el sentido del humor!


16 ago 2012

Soltar el plátano



Cuenta la historia que una tribu indígena del Amazonas, aunque otros hablan de Asia, idearon una  forma sencilla de cazar monos sin matarlos ni herirlos y con poco esfuerzo.

En unas historias se dice que fabricaron una caja de madera con un pequeño agujero para que solo quepa la mano abierta de un mono, mientras que en otras se trata de una calabaza vaciada por dentro previamente, o de una botella de cuello estrecho. La cuestión es que dentro de la caja ponían un plátano. Y repartían las cajas, o las calabazas, por diferentes lugares de la selva.

Cuando los monos atraídos por el olor del plátano se acercaban a la caja y metían la mano por el agujero, hallaban el plátano fácilmente, pero se encontraban con que eran incapaces de sacar el plátano porque el tamaño del puño cerrado con el plátano era mayor que la ranura.


Al no querer soltar el plátano, los monos se convierten a sí mismos en prisioneros con lo cual los cazadores lo tienen fácil para atraparlos.

Para escapar los monos sólo tendrían que abrir la mano y soltar el plátano...Pero pese a sentir  miedo y angustia al ver a los cazadores, no soltaban el plátano y eran apresados por estos.



¿Qué reflexiones podemos extraer de esta historia?

A veces nos aferramos a personas, a lugares, a miedos, a un trabajo... Nos quedamos inmovilizados. No somos capaces de dejar ir el plátano, seguir nuestro camino... Permanecemos atrapados en una situación ante la que muchas personas externas, observando, dirían a voces: " ¿pero por qué no lo sueltas y te vas?" Pero nosotros seguimos ahí incapaces de ver la salida o de despegar la mano del plátano. Para soltar el plátano tendríamos que considerar la idea de que puede haber más plátanos en otro lugar o quizá otros alimentos que nos sacien igualmente.

¿Cómo detectar "trampas para monos"?

Coloquialmente, se usa el refrán "Si algo es demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo es". Desde el punto de vista de la Psicología, en la web http://monkeytraps.wordpress.com los psico-terapeutas definen una "monkeytrap" (trampa para monos) psicológica como cualquier situación que desencadena la conducta compulsiva de control, las personas intentan controlar la situación, al otro... cuando realmente se debe dejar ir.

Os transcribo el diálogo que ellos usan en su web para reflexionar con ayuda de esta metáfora sobre la adicción al control:

Bert: -¿Por qué los monos no rompen la botella ? ¿No había piedras por ahí?

Steve: Simplemente el comentario que cabría esperar de un adicto al control.

 Bert: ¿Por qué? ¿Qué hay de malo en lo que dije?

Steve: Es una lectura errónea del problema.¿Crees que la caja es lo que atrapa el mono? Puede escapar  sólo mediante la apertura de su mano. Pero no lo hará. Él quiere el plátano. Más que nada.

Bert: ¿Y eso es lo que lo atrapa?.

Steve: Exactamente. Al igual que los adictos al control quedan atrapados por su necesidad de control. Su deseo distorsiona su pensamiento.

Bert: Así que en lugar de dejar ir intentamos romper la botella.

Steve: Así es. Romper la botella es una metáfora para imaginar la vida como algo que podemos controlar si se esfuerza lo suficiente. Y eso es una ilusión peligrosa.

Bert: Dime otra vez. Es una ilusión porque ...

Steve: Debido a que hay unos plátanos que no estamos destinados a tener.

Bert: ¿Por ejemplo?

Steve: Bueno, la inmortalidad, por ejemplo. Por mucho que queremos vivir para siempre, no podemos. El control de las emociones es otro. Queremos estar siempre felices, seguros y contentos pero la vida también nos obliga a sentirnos tristes, temerosos y necesitados. Y luego, por supuesto, las relaciones. Las relaciones nunca salen según lo planeado.

Bert: me di cuenta. ¿Por qué es eso?

Steve: Debido a que las relaciones involucran a otras personas, y esas personas no las podemos controlar.

Bert: Así que no hay ruptura de la botella.

Steve: Así es. La vida es lo que es. Impredecible, y dolorosa, e inconveniente, y si no queremos sufrir sin fin, tenemos que encontrar alguna manera de hacer las paces con todo eso.

Bert: Para aceptar la vida en términos de la vida.

Steve: Y dejar ir el plátano.

Bert: Muy bien. Muy bien. Lo entiendo. El control real es una ilusión.¿Y ahora qué?

Steve: ¿Qué quieres decir?

Bert: Al comienzo de esta serie que contó esa historia sobre las personas mayores y las plantas de la casa, y dijo tener la sensación de control es esencial para la salud tanto mental como física. , ¿No?

Steve: Así es.

Bert: Bueno, si el control actual es una ilusión, ¿cómo puedo obtener una sensación de control?

Steve: sentirse bien por dentro, quieres decir.

Bert: Exactamente.

Steve: Hay tres maneras. Voy a explicarlo la próxima vez.

Bert: Explique ahora.

Steve: No puedo. Sería demasiado largo.

Bert: Pero lo quiero ahora. Lo necesito ahora. Debe haber alguna manera de conseguirla ahora.

Steve: Muy gracioso...


Si te ha gustado la historia, ¿querrías compartir con un comentario tu reflexión? :)


9 ago 2012

Reflexionando sobre las opciones y las expectativas


Observo que proliferan muchas frases de autoayuda en Facebook del tipo "No trates con prioridad a quién sólo te trata como una opción", "No malgastes tu tiempo con quien no está dispuesto a perderlo contigo". etc.

Pero, ¿acaso no somos todos opciones de algo o de alguien? Somos una opción más ante un puesto de trabajo, somos una opción más cuando un amigo/a piensa en quién llamar para tomar algo, somos una opción más cuando alguien se acerca o no, para ofrecerte una degustación en un supermercado. Nuestra vida está llena de situaciones en las que somos simples y claras opciones.

Respecto a lo del tiempo, es algo más complejo. Dice Marlango en su canción titulada Beautiful Mess "let me choose a way to lose this beatiful day..." ( déjame elegir una manera de perder este precioso día) porque perder el tiempo también es una opción más que podemos elegir, y el cómo perderlo también, así como con quién. Con quién: personas-opciones. Quién no mira atrás y no piensa cómo perdió el tiempo con una u otra persona. A menudo, la sensación de haber perdido el tiempo sobreviene a posteriori, cuando sentimos que las cosas no han salido como esperábamos.

También perder el tiempo con alguien puede esconder baja autoestima, deseos de agradar y sensación de que lo que uno hace no es tan valioso como lo que hace la otra persona.

Decía, Fritz S. Perls, terapeuta gestáltico:

Yo soy yo, Tú eres Tú
Tú haces lo Tuyo, Yo hago lo Mío
Yo no vine a este mundo para vivir
De acuerdo a tus expectativas
Tú no viniste a este mundo para vivir
De acuerdo con mis expectativas
Yo hago mi vida, Tú haces la tuya
Si coincidimos, será maravilloso
Si no, no hay nada que hacer.

Las expectativas, siempre en juego, cómo no. ¿Estamos programados para formarnos expectativas? ¿o es algo que tiene que ver con la cultura y la educación? ¿Podríamos realmente vivir sin esperar nada de nadie ni del futuro? Dejaremos esto para otra entrada.

En cualquier caso, parece que cuando nuestras expectativas nos desconciertan tanto al no cumplirse que proliferan por las redes sociales estos mensajes que nos dicen qué debemos hacer acerca del tiempo y las opciones.



30 jul 2012

Cómo ayudar a los hijos/as a manejar el miedo




Me ha parecido muy útil para padres y madres preocupados por los miedos que van experimentando sus hijos/as estas orientaciones que da  Enrique García Huete en su libro Aprender a pensar bien. Así que os la dejo por aquí para que podáis reflexionar sobre ello. 

"El miedo es una respuesta normal adaptativa ante un peligro. (...). Existen miedos que no nos sirven para conseguir un mayor equilibrio o que nos impiden alcanzar nuestros objetivos. Los miedos exagerados los llamaremos fobias. El miedo extremo puede paralizar. El no tener “ningún miedo” ante una situación peligrosa puede por el contrario, disminuir la atención, ser menos precavidos, no anticipar consecuencias o dejar de actuar preventivamente.

Existe siempre un grado de activación óptimo que permite afrontar riesgos. Hay personas que buscan voluntariamente situaciones de riesgo controlado, por la emoción de “sentir” ese miedo en el organismo como en deportes, de riesgo...(es una característica típica en la adolescencia). (...)Existen miedos a los que estamos preparados genéticamente. Están presentes dentro de nuestro desarrollo. Alguno de ellos se eliminan con la madurez y otros se van discriminando, concretando, para dentro de la evolución conseguir mejores niveles de adaptación. 

En los niños y niñas, los estímulos novedosos pueden producir temores, así como los extraños, los  movimientos bruscos, inesperados. Los ruidos desconocidos, la separación momentánea de los padres, la obscuridad, los personajes fantásticos desconocidos, ... estos miedos se irán matizando a lo largo del desarrollo a través de la experiencia, el aprendizaje a través de los cuentos...

Los miedos también se transmiten en la educación. Hay situaciones de peligro de nuestra civilización actual que no pueden estar previstas genéticamente, por lo tanto el aprendizaje, tiene que ofrecer la oportunidad de conocer esos peligros para poder convivir con ellos. (...)

La oscuridad es un miedo que se va controlando, de forma que mi habitación a oscuras a la hora de dormir, no tiene que suponer ningún riesgo mientras que si me quedo a oscuras en un edificio que no conozco será útil que tome precauciones para no tener un accidente.

Los padres, la familia, son transmisores de miedos. Hay muchos miedos que se aprenden por observación e imitación. Un fuerte trueno, hará que se produzca una respuesta de orientación. Si además es inesperado, puede producir un susto en las mayoría de la gente pero dependiendo de la valoración que se de a esta situación generaremos diferentes emociones y transmitiremos esas sensaciones: 

“qué horror!, ¡no soporto los truenos!, ¡me dan miedo!... Además si chillo o me escondo, aumento la intensidad de lo que trasmito y pueden llegar a ser imitadas por los niños.

Por el contrario ante una tormenta, si lo que se transmite es ¡Mira qué tormenta!, ¡Las fuerzas de la naturaleza en acción, mira qué rayo tan estupendo! ¡Buen trueno!..., estaremos transmitiendo al niño un sensación de seguridad y disfrute de la tormenta. Ojo, esto en una situación protegida. Si nos encontramos en un claro en el campo, en un sitio elevado, llevamos metal encima y están cayendo rayos o en el cauce de un río seco y llueve torrencialmente, o pescando con una caña larga,..., aunque mi opinión sobre las tormentas sea positiva, será mejor que “Tenga un poco de miedo” por las  circunstancias que rodea a esta tormenta y busque refugio o evite el peligro. 

Existen miedos sociales, transmitidos por la cultura. El miedo a personas desconocidas, de otras etnias, con otro color de piel o de otra clase social, puede haber tenido fundamentos adaptativos tribales. Actualmente por desgracia para el desarrollo de la  humanidad, existen miedos en algunos países con respecto a otras personas diferentes en creencias, color de la piel, religión o cultura. Estos miedos tienen origen en enfrentamientos reales, pero también los miedos favorecen los enfrentamientos.

Muchos miedos tienen como base la falta de información o conocimientos sesgados, incompletos o erróneos.

Cuando somos conscientes de miedos personales irracionales, es conveniente, de cara a nuestros hijos, que al mismo tiempo que expreso mi temor les ofrezcamos la idea de que son exagerados, y que no son cosas peligrosas en sí, si no que “yo tengo dificultad para controlarlo” (miedo a determinados bichos inocuos, a las tormentas leves,...).

El concepto de “tener miedo” es importante ir desarrollándolo como algo “normal” que le ocurre a todo el mundo. En un intento de preparar a los niños a afrontar situaciones ansiógenas.

Existen pautas, al igual que en la expresión de sentimientos negativos, muy marcadas por las diferencias de género, a los niños ante la expresión de temores se les dice: “no tengas miedo, un hombre no tiene miedo”, “¡échale narices!”... si el miedo se mantiene, castigamos diciendo “miedica, cobarde, pareces una niña...”. Las diferencias debidas al género, que se establecen desde temprana edad, pueden hacer que los niños tengan sentimientos de vergüenza o culpa ante las sensaciones que provocan el miedo, y las niñas, se verán sin pautas para enfrentarse a sus miedos si son considerados “propios de niñas”, se toleran sin alternativas. “Bueno, no te asustes, mamá o papá están aquí para protegerte, no pasa nada...”. 

Podemos hablarles del miedo como una sensación que nos indica peligro, como tal sensación, aunque desagradable, es “buena” en el sentido que nos advierte de los peligros. Si esta sensación es exagerada, es aconsejable acompañar o enseñar a afrontar el peligro. No pedir nunca que se hagan cosas más allá de sus capacidades, podemos reforzar el miedo y que se mantenga con más intensidad en el futuro.

Ante un perro que sabemos no es peligroso, más que azuzar al niño a que lo toque, acercarnos nosotros, tocarlo, mostrarle cómo se hace y que observe las consecuencias, animarle a tocarlo y si no quiere, no pasa nada, habrá otra ocasión, podemos ir comentando nuestra acción para generar pautas de comportamiento. “Mira, puedo acariciarlo, está contento, le gusta, mueve el rabo, le toco suave, le acaricio y le gusta...”. Cuando el niño va venciendo sus miedos es adecuado valorar su esfuerzo y avisar de consecuencias agradables. 

Podemos también prepararnos para situaciones que van a ser desagradables o dolorosas como intervenciones quirúrgicas. Un ejemplo muy utilizado y comprensible: Una persona va a ser operada de apendicitis, nunca antes se ha sometido a una intervención con anestesia total y tiene miedo.(...) Para enseñar a manejarse en los temores, es conveniente avisar de los procesos de forma objetiva. Veamos otro posible diálogo y comparemos: " Esta operación realmente es algo banal y no existe peligro. Los análisis y exploraciones que hemos hecho nos dicen que tu organismo está bien, no hay problemas respiratorios, tu corazón funciona a las mil maravillas, y la anestesia no tiene porqué afectarte. En tres días estarás en tu casa y luego volverás a quitarte los puntos". "Quiero avisarte que al despertar de la anestesia algunas personas tienen sensación de mareo o a veces puede haber algún pequeño vómito, lo que la gente dice de " echar la anestesia" eso es completamente normal. También puedes notar un cierto dolor en la cicatriz, si te molesta te daremos un analgésico, pero todo esto pasará al poco tiempo".Cuando la persona despierta de la anestesia, si nota esos síntomas, al estar ya avisado, lo considerará como "normal". Se sentirá molesto pero no angustiado."





En resumen, pautas generales :

No se debe forzar para que se enfrente a su miedo de forma directa pensando que así se le pasará.

Es preferible que se enseñe a afrontar el miedo o la situación que provoca ese miedo de forma progresiva. Anteriormente, ha aparecido el ejemplo del perro. Otro ejemplo ilustrativo puede ser el miedo a la oscuridad. En lugar de obligar a dormir con la luz apagada, lo cual puede incrementar su ansiedad, podemos ir reduciendo la iluminación poco a poco.  
Debemos transmitirles que los miedos son algo normal. 

Es aconsejable transmitirles tranquilidad y reconfortarles con nuestro cariño, besos y abrazos para calmarles. 

Durante la infancia muchos miedos son fantasiosos( temores a seres sobrenaturales) pero a medida que crecen van remitiendo. 

Los miedos van cambiando conforme van creciendo: surge el miedo a la separación de los padres y madres, a no ser aceptados, a los exámenes, etc.

Muchos miedos se aprenden por observación e imitación por lo que es importante que los adultos aprendan a gestionar sus propios miedos. 

Si el miedo o los temores son excesivos o se prolongan pueden afectar al rendimiento escolar o a la socialización del niño/a así como favorecer la aparición de otros trastornos por lo que es aconsejable acudir a un profesional.




¿Somos capaces de cambiar?

Decía Neruda  que muere lentamente quien no cambia de marca, quien no arriesga a vestir un color nuevo, quién no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no cambia lo cierto por lo incierto por ir detrás de un sueño…

Excusas para no cambiar 

Muchas personas se excusan: "Nunca me dieron cariño,  en mi familia nunca se hablaban las cosas importantes, mi padre era muy autoritario, tuve una infancia difícil, no me enseñaron a expresar mis sentimientos, yo es que soy así..."

Y puede que todo eso sea cierto, al menos, en parte, pero ¿sobre quién recae la responsabilidad de que en el presente esos comportamientos y actitudes sean siendo así?

Muchos niegan el potencial enorme que tiene el ser humano de cambiar, puesto que es es difícil para ellos aceptar que seguir siendo así es únicamente responsabilidad de uno, y no de los padres, de la infancia o del pasado.

"Me cuesta mucho pedir perdón, admitir que alguien pueda tener más razón, que me he equivocado …"

Y si nos cuesta, ¿por qué no intentamos enfrentarnos a ello como un reto? ¿ por qué no simplemente intentamos aprender a cambiar? , ¿por qué no buscar asesoramiento para  orientarnos en el proceso que requiere el cambio?

De nuevo pueden surgir más excusas:

"No tengo dinero, no tengo tiempo, no va a servir de nada, no puedo cambiar, a mi edad ya es muy difícil cambiar (cursiosamente excusa que se da a los 20 años, a los 30, a los 40...), etc."


En resumen, nos encontramos con pereza, pesimismo, resignación, conformismo, apatía , desánimo…y con excusas. 


Quien quiere hacer algo encuentra un medio; quien no quiere hacer nada encuentra una excusa.
(Proverbio chino)

Salir de la zona de confort: 

A pesar de todas las excusas puestas a los demás y a nosotros mismos, es posible cambiar hábitos, actitudes y comportamientos. Pero para ello debemos querer salir de lo que los expertos en coaching llaman zona de confort, esa zona con la que estamos tan familiarizados, en las que nos sentimos seguros, aunque a veces en ella también se experimentan dudas y sufrimiento, algo nos dice interiormente que necesitamos ese cambio.

Para ello, es importante conocernos a nosotros/as mismos/as, saber cuales son nuestros puntos fuertes, y aquellos que debemos tratar de cambiar o mejorar. A partir de ahí, trazar un plan de acción que sea realista ( no podemos cambiar nuestra estatura...) , con pequeñas metas, para ir paso a paso, creando unos hábitos y modificando nuestras creencias.



Somos dueños de nuestro destino. Somos capitanes de nuestra alma. 
Winston Churchill




10 jul 2012

Los seis sombreros para pensar


Aprender a pensar es una de las asignaturas pendientes en nuestro sistema escolar.

Edward De Bono, psicólogo por la Universidad de Oxford, afirma que se puede aprender a aplicar el pensamiento creativo lo mismo que se aprende cualquier habilidad. 


El pensamiento creativo se centra en producir propuestas, establecer objetivos, evaluar prioridades y generar alternativas. 


Para tratar de solucionar un problema, De Bono propone examinarlo sucesivamente desde seis ángulos, pensando que esta multiplicidad aumentará la probabilidad de encontrar una buena solución.

Es como “ponerse” seis sombreros, uno detrás del otro. Los sombreros involucran a los participantes en una especie de juego de rol mental.



Los sombreros son más efectivos usados a ratos. Cuando es necesario explorar un tema completamente y de manera efectiva, se puede crear una secuencia de sombreros y después usarlos cada uno por turnos.

Desarrollar el pensamiento creativo a través de los seis sombreros es bueno porque los sombreros nos permiten:

Representar un papel. Mientras alguien en un grupo "se pone un sombrero" está representando un papel, y por lo tanto está de alguna forma liberándose de las defensas del ego, que son responsables de los errores prácticos del pensar.

Expresar sentimientos e intuiciones en una reunión sin justificaciones ni disculpas. "Esto es lo que siento".

Ser capaces de utilizar cada uno de los sombreros en vez de quedarse cerrados en sólo un tipo de pensamiento.

Dirigir la atención: "Ponerse un sombrero" implica dirigir la atención de forma consciente hacia una forma de pensar, lo cual da a cualquier asunto seis aspectos diferentes.

Cambiar el pensamiento o postura sin ofender. "¿Qué tal un poco de pensamiento de sombrero amarillo sobre este punto?"

Crear flexibilidad: Al pedir a alguien, incluso a uno mismo, que se ponga un sombrero, se le esta pidiendo que cambie de modo, que deje de ser negativo o se le está dando permiso para ser puramente emocional.

Esta técnica es usada en el mundo empresarial para tomar decisiones y en educación para fomentar el pensamiento creativo, abordar tópicos y ver temas desde distintos puntos de vista.

Aunque en nosotros predomine un tipo de pensamiento, eso no significa que no podamos adoptar otras posturas o verlo desde otros ángulos o puntos de vista cuando sea necesario.

Fíjate bien en el sombrero que llevas puesto antes de tomar cualquier decisión. El color de tus pensamientos es el color de tu posición emocional. ¿Qué piensas? o ¿Qué sientes?

El pensamiento automático sirve para encarar rutinas; 
el pensamiento deliberado, para hacer las cosas mejor.




 Fuente: Extracto de BONO, E. de. 1986 Seis sombreros para pensar.